• ¿Qué capital debo contratar en mi seguro de vida?



    El seguro de vida es un producto esencial para la protección familiar, con un precio, cada vez más accesible pero que no deja de ser un gasto importante para las familias. Por ello, muchas veces existe la tentación de tener una cobertura pequeña, insuficiente en el caso de necesitar cobrarlo. Esto es especialmente relevante si tenemos deudas, especialmente una hipoteca, que puede que sea imposible de pagar con los ingresos que queden a la unidad familiar tras el fallecimiento de uno de sus miembros.

    En el lado contrario está tener un capital asegurado muy por encima de lo que necesitemos, por el que pagaremos una cantidad importante a pesar de ser un riesgo completamente desconocido. Por todo ello, es muy importante analizar la cuantía que debe cubrir nuestro seguro para que cumpla perfectamente su función de protección sin que sea un lastre para nuestro bolsillo, aunque la labor no es sencilla.

    Si cubrimos por ejemplo un bien como un coche, una casa o cualquier bien, lo hacemos sobre un valor conocido y calculado. Con el seguro de vida no es tan directo. Existe una parte de coberturas más directa de estimar, la que corresponda a las hipotéticas deudas de la unidad familiar, pero existe otra, la más importante en la mayoría de los casos en la que hay que considerar otras variables:


    • Si tienes una hipoteca:  En teoría, debemos cubrir el capital pendiente que nos corresponde pero adecuándose al pago real del mismo. Por ejemplo, si el sueldo de uno es el 80% de los ingresos familiares, debemos elevar el porcentaje de deuda total que cubramos con el seguro de vida hasta porcentaje. Para dudas sobre seguros y préstamos hipotecarios, resulta muy útil preguntas a nuestros expertos independientes o llame a +507 6780 1531.
    • Margen acorde al salario del asegurado: Además de cubrir todas las deudas, debemos incrementar el capital por una cantidad superior. Tras el fallecimiento de un miembro de la familia que aporta ingresos, muchos de los gastos se mantienen y otros apenas disminuyen por lo que se genera un desequilibrio entre ingresos y gastos. Para solucionarlo, se necesita un tiempo tanto para reorientar los gastos, procurando ajustarlos a la baja a la vez que procurar aumentar los ingresos. Mientras esto suceda lo recomendable es que el seguro cubra un mínimo de 2 o 3 años de los ingresos, si podemos hasta 5 años.
    • Necesidades familiares específicas: La cantidad que aseguremos no debe ser un importe fijo. Uno de los gastos que cambian a lo largo del tiempo está en la protección y bienestar de los hijos, especialmente en la salvaguarda de sus estudios.  Por ejemplo si van a afrontar estudios superiores o de postgrado. Aumentar la cobertura de un seguro de vida es más barato que hacerlo con un seguro específico para estudios.
    • Ajustar los riesgos a cada miembro de la Unidad Familiar: Hay muchos casos en los que el seguro de vida sólo lo tiene uno de los miembros de la familia, es un claro error. Si en la pareja, los dos miembros trabajan y aportan su salario a cubrir los gastos deberían cada uno contratar su seguro de vida con unas coberturas que sigan lo especificado en los puntos anteriores.
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